| Descripción |
La trayectoria de Bleda y Rosa se caracteriza por una doble atención hacia el paisaje y la arquitectura como ámbitos cuya configuración y percepción se construye a través de una compleja trama entre historia, espacio y memoria. Explorar los elementos latentes y simbólicos que entran en juego en la activación de dicha trama ha sido el objetivo de sus diferentes trabajos. Habitualmente, el desarrollo de sus diferentes proyectos toma la forma de largas series fotográficas ejecutadas a lo largo de un amplio período de tiempo. Entre ellas podemos destacar como más significativas "Campos de fútbol", "Campos de batalla", "Orígenes" y el bloque de trabajo denominado "Arquitecturas". Son propuestas a lo largo de las cuales se han ido asentando progresivamente los rasgos que definen su obra, como la percepción de los sedimentos de memoria que contiene el territorio, la evocación de las huellas depositadas por el peso de la historia, o la identificación de los elementos que definen la naturaleza y la condición cultural de los espacios arquitectónicos.
A su serie "Campos de batalla", desarrollada entre 1994 y 1999, pertenece la obra realizada en Villalar de los Comuneros en 1996, cuyo título exacto remite a la batalla que allí tuvo lugar: Puente de fierro, Villalar de los Comuneros, primavera de 1521. Esta es una serie fundamental en su trayectoria, no solo por ser la más difundida y conocida, sino también por ser el trabajo en el que en cierto modo se definen las claves de su proyecto creativo. Se trata de un conjunto de fotografías que registran paisajes en los que tuvieron lugar algunas de las batallas más importantes de la historia de nuestro país. Tanto el tratamiento panorámico de la imagen como el hecho de abordar la propia historia como tema, incorporando los datos históricos de la batalla como leyenda en la propia fotografía, remiten con claridad a la pintura de batallas, al cuadro de historia.
Una cita que ellos retoman y transforman en una compleja encrucijada de tiempos y referencias visuales. En la imagen no solo se fija el paso del tiempo, la transformación del paisaje desde la fecha de la batalla hasta el momento actual de la toma fotográfica, sino que también se explora la trama sensible dejada por la huella de los acontecimientos. A su vez, el diálogo entre texto e imagen produce un efecto de evocación y transferencia de información que actúa como un verdadero proceso de materialización del tiempo. Aparece así ya, de manera inaugural y definitiva, un elemento que desde este momento será fundamental en la obra de Bleda y Rosa: la consideración del paisaje como hecho de memoria (Texto de Alberto Martín, Catálogo CA2M, 2010).
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